Alguien un día me dijo que lo más importante de la vida no es el dinero, la ropa, las cosas superfluas que se van y se olvidan en el mismo día en que lo adquirimos. Lo más importante que tenemos es el tiempo. Sí, las horas, minutos y segundos que por insignificantes que parezcan ser... pueden marcar la diferencia.
El tiempo, para mi, mide la riqueza de una persona. Cómo utilizándolo ganamos experiencias y perdemos miedos. Que los minutos se nos van como el dinero, la ropa, como las cosas superfluas. La diferencia es que crecemos como personas y nos traemos un par de recuerdos con nosotros. No hay nada más nuestro y auténtico, nuestro tesoro mejor guardado.
Quizá me ha costado demasiado entenderlo, pero la verdad es que depende de cada uno malgastar algo tan escurridizo, algo que se nos escapa entre los dedos como si fuese humo con las personas equivocadas. Sinónimo de felicidad es aprovechar cada segundo con cada una de las personas que te hacen reír, quieres, amas y te sientes en casa. Porque no hay nada mejor que una tarde cualquiera tomando una cerveza con un par de amigos que no ves desde hace meses, no hay nada mejor que una noche fría con un par de películas y un cuenco a rebosar de palomitas, no hay nada mejor que un viernes a punto de llover con un par de brazos envolviéndote por la espalda; un jueves cualquiera en que te ves poniéndote unos tacones de improvisto y te dejas llevar; un concierto inesperado en noviembre, y quizá una visita a alguna nueva ciudad en diciembre. Pero si en esos momentos no estamos con quienes están en nuestra lista de personas imprescindibles, de verdad ¿qué sentido tiene?
En un mundo tan superficial nos dejamos llevar por la corriente más cercana y olvidamos lo verdaderamente importante. Y, sinceramente, la vida es muy corta como para hacer siempre lo que dicen los demás y como para dejar de pensar lo que verdaderamente queremos nosotros mismos.
"Encontrar a alguien con quien realmente conectas es como ganar la lotería. Básicamente nunca ocurre, pero cuando sucede, no deberías desperdiciarlo". - J. Verdi.